Matar. Sajar. Rajar. Subir de nivel. Aumentar tu armadura. Hacerla más troncha. Ver como los numeritos suben. ¿Acaso hace falta más?

No juegues a este juego bajo ningún concepto. Acabará con tu vida, abosrberá tu alma y se llevará toda tu humanidad. Este juego es droga pura.

Rayman Origins es el plataformas más bonito de la historia. Esto es un hecho. Y no importaría demasiado si no fuera porque además es divertidísimo.

Probablemente sea el juego más adictivo de la última década, y al mismo tiempo el que más satisfecho deje después de perder horas, horas y horas con él.

Ofrece poca novedad y es demasiado continuista respecto a Arkham Asylum y Arkham City, pero Origins sigue siendo un juego completísimo y divertido.

A pesar de lo forzado de algunas referencias, Tales of Monkey Island satisface sobradamente a cualquier amante de la saga, que no es poco decir.

Monkey Island 2: SE vuelve a brillar en todos y cada uno de los aspectos que hicieron del original la piedra angular de la aventura gráfica que es hoy.

A pesar de lo frustrante e injusto que es a veces con el jugador, Gunman Clive sigue siendo un pequeño y divertido juego por el precio de una cocacola.

Puede que a partir de las 300 horas de juego Borderlands 2 empiece a resultar algo monótono, pero todas las anteriores son un festival de diversión.

Guacamelee! mezcla en una coctelera humor, metroidvanismo, diversión y hostias a granel. Después lo agita bien fuerte y lo sirve bien frío. Entra solo.